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El homicidio de Julio Almanza, presidente de la Federación de Cámaras Nacionales de Comercio (Fecanaco) en Tamaulipas, ocurrió el martes en medio de una ola de denuncias sobre extorsión a las tiendas Oxxo en la entidad.
Apenas el pasado lunes 29 de julio, Almanza señaló que los cierres de las tiendas, desde el 25 de julio, ocurrieron debido a la creciente preocupación ante extorsiones del crimen organizado a negocios cercanos a la frontera.
“Somos rehenes de extorsiones, somos rehenes de bandas delincuenciales”, dijo Almanza en una de sus últimas entrevistas. Señaló que el cobro de piso “prácticamente se ha convertido en deporte nacional en Tamaulipas”.
Julio Almanza calificó el tema como “delicado” debido a que la solución no es solo con la entrega de botones de pánico y rondines de vigilancia, sino que son necesarias acciones más contundentes.
El presidente de Fenaco en Tamaulipas pidió que el gabinete de seguridad sesionara en Nuevo Laredo y se atendiera el tema junto con el gobernador de Tamaulipas y la alcaldesa del municipio, además de la atención de las cámaras empresariales.
“Que nos inviten a nosotros para que juntos busquemos y les demos el apoyo, no solamente a esta empresa, sino a todas las de Nuevo Laredo y replantear la estrategia para la Frontera Chica, Reynosa, Río Bravo, Matamoros, Valle Hermoso, San Fernando”, añadió.
¿Qué sabemos sobre las extorsiones a las tiendas Oxxo en Tamaulipas?
En total, suman 191 tiendas Oxxo cerradas y 7 gasolineras luego de que en Nuevo Laredo, un grupo delincuencial exigió la base de datos de sus empleados, junto con copias de la credencial de elector de cada uno.
La empresa se negó y tomaron la decisión de cerrar los negocios para proteger a sus asociados, según la información que dio Almanza el lunes.
Femsa, propietaria de Oxxo, aclaró en un comunicado que sus tiendas y estaciones de servicio permanecerán cerradas al público hasta que se garantice la seguridad en el municipio.
La empresa declaró que hacía tiempo que tenía que hacer frente a las exigencias de los cárteles de que sus gasolineras compraran el combustible a determinados distribuidores.
Sin embargo, la ‘gota que derramó el vaso’ ocurrió en las últimas semanas, cuando miembros de grupos criminales secuestraron a dos empleados de una tienda en Nuevo Laredo, exigiéndoles que actuaran como vigilantes o les proporcionaran información.
*Con información de AP
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