Hace ‘trabajo sucio’ el PVEM a aliados

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Para sobrevivir y afianzar más espacios, el PVEM ha hecho «el trabajo sucio» para que los partidos en el poder tengan más control en la Cámara de Diputados. Primero fue el PRI, ahora Morena.

La estrategia de registrar candidatos que militan en un partido con la cachucha de otro, a través de una coalición, nació en el 2015, cuando afiliados al tricolor jugaron con las siglas del Partido Verde en distritos poco competitivos.

Les llamaron «diputados sandía», y esto permitió que ambas bancadas tuvieran más diputaciones plurinominales de las que les correspondían, y juntos afianzaran 250 curules en San Lázaro.

Los entonces perredistas, y ahora morenistas, impugnaron ante el Tribunal, pero su queja fue desechada, y acusaron un «fraude» a la Constitución y una mayoría ilegítima.

Sin embargo, en el 2018, Morena se alió al PVEM y aplicaron esa receta.

El partido guinda afirmó que había ganado 106 diputaciones de mayoría, pero el INE demostró que otros 114 morenistas habían jugado con la cachucha del Verde, del PT y el PES, con el objetivo de inflar sus triunfos y obtener más plurinominales. Juntos tuvieron 328, sin alcanzar la mayoría calificada.

El PVEM pagó el favor entregándole a Morena cinco diputados para que alcanzara 252 legisladores y con ello se quedara con la Junta de Coordinación Política por tres años.

Mario Delgado, entonces coordinador de los morenistas, fue el encargado de concretar esa negociación, y en esta ocasión hizo lo mismo como líder del partido.

Al PVEM poco le importó bajar de 16 a 11 integrantes. En ese momento, como ahora, sus líderes argumentaron que sólo lo hicieron a cambio de que impulsaran sus propuestas.

En el 2018, afirmó el dirigente pevemista, Arturo Escobar, el compromiso era mejores programas para los niños con cáncer. Sin embargo, eso nunca sucedió.

Ahora entregó 15 de sus 77 curules, sin importar que con esto pasará de segunda a tercera fuerza política en San Lázaro.

Este año, la estrategia de Morena, PVEM y PT se afianzó, por lo que ir en coalición en 260 de los 300 distritos tenía tres objetivos: que el PVEM y PT ganaran distritos en los que no son competitivos, que Morena eludiera la sobrerrepresentación y garantizara más plurinominales y, al final, controlar los órganos de dirección de la Cámara de Diputados.

La legislación permite que candidatos que militan en un partido compitan por otros, sin embargo, Magistrados, Consejeros, académicos y partidos de Oposición advierten que esa estrategia «tramposa» provocó una distorsión de la votación y en la distribución de plurinominales, generando la mayoría calificada.

Por ejemplo, exponen, de los 219 distritos de mayoría que ganó la Coalición Sigamos Haciendo Historia, en 213 los votos mayoritarios eran de Morena y en 6 del PVEM.

Sin embargo, al Verde le atribuyeron 57 y al PT, que no ganó ninguno, 38. Esto contrasta con su votación, pues el primero obtuvo el 8.7 por ciento de la votación y el segundo el 5.6 por ciento.

El INE detectó que de los 57 distritos donde ganó el PVEM, 18 eran militantes de Morena, y de los 38 que obtuvo el PT, 6 estaban en el padrón del partido guinda.

Entre los legisladores electos que el PVEM traspasó a Morena el pasado miércoles para que este partido conservara el control de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro están políticas y políticos con una trayectoria en el partido guinda.

Entre ellos están Carlos Canturosas, ex Alcalde de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y un colaborador del Gobernador morenista de Tamaulipas, Américo Villarreal.

También está Graciela Domínguez, ex diputada local de Sinaloa, quien colaboraba en la gestión del Mandatario morenista Rubén Rocha, en la Secretaría de Educación.

Otro caso es el de Montserrat Ruiz Páez, ex regidora de Tecámac y ex diputada local en el Edomex por Morena, que también fingió ser del Verde.
 

Vivir de las alianzas

En sus tres décadas de historia, el Partido Verde Ecologista de México ha hecho de las alianzas el mecanismo para acumular poder.

En el 2000 fue su primera alianza con el PAN, logrando ganar la Presidencia de la República. Sin embargo, el amor duró poco, y en el 2003 se alió al PRI, con quien mantuvo lazos hasta el 2018.

Pese a que tienen diferencias en algunos estados, en el 2021 la alianza se afianzó y se mantuvo en más distritos y estados en el 2024.

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