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Monterrey, México.– A 21 años de su detención en Matamoros y 17 años de su extradición a Estados Unidos, el Cártel del Golfo (CDG) ya no es la organización criminal que encabezó Osiel Cárdenas Guillén, que pronto recuperará la libertad, coincidieron especialistas.
Aunque el viernes la Agencia Federal de Prisiones (BOP) estadounidense reportó que el tamaulipeco de 57 años fue excarcelado el pasado 1 de julio, la dependencia actualizó su ficha y señaló que saldrá el próximo 30 de agosto, su fecha original.
La familia y colaboradores del ex capo desaparecieron del liderazgo del CDG por la violencia y las detenciones, lo que también debilitó su estructura y ahora el Cartel del Noreste (CDN), fundado por ex zetas, ha tomado el control de las principales actividades criminales en Tamaulipas.
Incluso, la debilidad del cártel se demuestra en que se ha atomizado en grupos, en constante enfrentamientos violentos, por lo que las fuentes estimaron que si no es deportado, podría quedarse en Estados Unidos como testigo protegido.
«Para ser un cártel», dijo un experto, «tienes que tener un grupo de sicarios, control del mercado de la droga, una base social, base financiera para el lavado de dinero, contactos en el Gobierno o complicidad de políticos.
«El CDG ya no tiene todo eso, son grupos criminales desarticulados», afirmó.
A finales de los 90, luego de la captura en Monterrey de Juan García Ábrego, Cárdenas tomó el control del CDG y ubicó la sede de la organización en Matamoros, su ciudad natal.
La brutalidad fue su marca y creó como su brazo armado a los Zetas, que tuvieron como miembros originales a militares de élite que desertaron del Ejército.
Tras su detención en el 2003 en Matamoros, su hermano Antonio, «Tony Tormenta», se quedó como cabeza del cártel, aunque versiones señalaban que Osiel seguía girando órdenes desde prisión y los Zetas empezaron a tomar un creciente rol en la operación criminal.
En el 2007 fue extraditado a Estados Unidos, lo que habría sido un punto de quiebre para que el CDG y los Zetas empezaran una cruenta narcoguerra que sumió a Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y más Estados en su peor crisis de violencia criminal.
«Tony Tormenta» cayó abatido en el 2010 por la Marina en Matamoros y ahora hasta el último eslabón de su clan, su sobrino José Alfredo Cárdenas Martínez, «El Contador», está preso.
Tras la captura o muerte de los fundadores de los Zetas, la organización se reconfiguró como el CDN y tiene su sede en Nuevo Laredo.
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