AMLO y Jean-Luc Mélenchon

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Afinales de septiembre de 2015, cuando me encontraba a poco más de dos meses de terminar mi gestión de tres años como secretario de Mexicanos en el Exterior y Política Internacional del  Comité Ejecutivo Nacional de Morena, recibí una llamada de César Yáñez Centeno, incansable compañero y auxiliar de Andrés Manuel López Obrador (en aquel entonces presidente del Consejo Nacional de Morena); cuando contesto me dice: “te paso a Andrés”.
AMLO: “Oye Juan Carlos, ¿tenemos comité de Morena en Francia?
Mi respuesta: “Fíjese que sí licenciado, hay un grupo de compañeros y compañeras en su mayoría estudiantes y académicos que se organizaron para apoyar al partido desde allá”.

AMLO: “Ah bueno, organiza una conferencia, diles a los compañeros que voy a estar allá en París para el 16 de octubre, unos días antes voy a estar en el Vaticano para saludar al Papa Francisco”.

Mi respuesta: “Claro licenciado, les va a dar mucho gusto, yo me encargo y por allá nos vemos”.
Como secretario de Mexicanos en el Exterior de nuestro movimiento, cargo al que fui elegido el 20 de noviembre de 2012 (por cierto, Claudia Sheinbaum fue la moderadora de la asamblea) mi principal tarea fue organizar los comités de Morena en el exterior cuyos integrantes son paisanos y paisanas que salieron de nuestro país a sacar  la vida adelante; pero que nunca han perdido el amor por nuestra Patria; nuestros comités han sido muy plurales, compuestos por hombres y mujeres trabajadores del campo, obreros, académicos, activistas sociales, empresarios, intelectuales y artistas; la  gran mayoría de nuestros comités se conformaron en Estados Unidos y Canadá, pero hubo casos emblemáticos como el comité de París que se constituyó con la ayuda de Víctor Quintana, quien en 2013 trabajaba como catedrático en una universidad parisina.  Otro de mis encargos fue organizar los actos de AMLO en el exterior (a propósito del presente escrito), los cuales fueron muy emotivos, y es que AMLO le tiene un profundo amor a nuestros paisanos que tanto ayudan a nuestro país y que su marcha hacia Estados Unidos fue el vivo ejemplo del injusto modelo económico neoliberal.  

Tenía que pensar y actuar rápido, pues me quedaban menos de tres semanas para una de mis últimas tareas como secretario de Mexicanos en el Exterior.  Al igual que los años previos, el factor económico era un obstáculo, en Morena no teníamos dinero, cada secretario tenía que buscar la manera de resolver sus tareas, sus traslados, sus hospedajes, todo; nunca tuvimos salario, el trabajo de ese histórico primer CEN de Morena (presidido por Martí Batres) fue totalmente voluntario.  Éramos tan austeros que nuestro primer local (Santa Anita 50) era un edificio de tres pisos con una superficie tan pequeña que el único lugar donde podíamos reunirnos todos, era en la azotea, ahí realizábamos las reuniones semanales del comité que además de Batres estaba integrado por Bertha Luján Uranga, Jesús Ramírez Cuevas, Tomás Pliego, Clara Brugada, Paco Taibo II,  Marco Medina, Paty Ortiz Coutier, Tere Lupe Reyes, Bernardo Bátiz, Alfredo Ramírez Bedolla, Agustín Ortiz Pinchetti, Jesús Martín del Campo, Froylán Yescas, Ana Lilia Rivera, Pablo Moctezuma Barragán, Jaime López Vela, y su servidor, Juan Carlos Loera.  Hablando de la mística con que nos conformamos, en 2017, cuando me encontraba coordinando los trabajos de organización del Movimiento en el estado, me preguntó la persona que ahora es alcalde de Ciudad Juárez: “¿Cuánto pagan en Morena?”  Le contesté con mucho respeto: “en Morena no nos pagan, al contrario, entregamos nuestro tiempo, sacrificamos muchas cosas y pagamos nuestras cuotas para sacar adelante la última esperanza que nos queda de que gobierne el Pueblo, no somos como los partidos tradicionales, el PAN por ejemplo, de donde de vienes”. No me creyó.  

Con la precariedad con la que se encontraban las finanzas del Movimiento ni de chiste me atrevería a pedir dinero a Marco Medina, encargado de la tesorería del partido. Sin más, asumí que estaba casi solo en la tarea y era tiempo de usar las tarjetas de crédito. Nos embarcamos rumbo a París exactamente dos semanas antes de la conferencia; para entonces, ya había notificado al comité de Morena en Francia presidido por Berenice Reza del histórico evento. Rápido se movieron las y los compañeros; a mi llegada ya tenían la imagen del evento, imprimieron algunos carteles, habían conseguido el salón  y hasta moderador tenían, desde luego que sentí mucha menos presión al ver que estaban ya metidos en eso. Sin embargo, me dijeron que se debían 300 euros de las impresiones y que debíamos de pagar otros 2 mil euros por la renta del lugar; por cierto, un recinto con mucho prestigio dedicado a la cultura y las relaciones con el Pueblo latinoamericano: La Casa de América Latina.  

Pedí hablar con el director del recinto cultural para intentar que me hicieran una rebaja:
-¿Así que viene AMLO? ¿Y usted es su representante?, me cuestionó el director.
-“A sus órdenes órdenes, el líder de nuestro movimiento estará en unos días, y sabe que andamos con pocos recursos y quería ver si hay alguna consideración en el costo, le dije directo.
-“Cuesta 2 mil euros pero como viene AMLO no le vamos a cobrar, incluso le vamos a ofrecer un coffee break para la audiencia, AMLO es mi amigo”, dijo.  En ese momento comenzaron mis golpes de suerte, se trataba de quien había sido embajador de Francia en México cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno. 
Enseguida venia lo mas complicado: lograr una buena asistencia a la conferencia; y es que en 2015 a pesar de que el nombre de AMLO ya era conocido, lo difícil era comunicar y hacer una campaña de difusión en París; nos ayudaron los estudiantes mexicanos pegando los carteles en las universidades y al mismo tiempo lo difundíamos en redes sociales; el salón tenía una capacidad para 500 personas, hacía falta algo más de suerte.  

Invité al evento a miembros del Partido Comunista Francés, y al Partie de Gauche (Partido de Izquierda), el partido comunista estaba ya muy debilitado en aquel tiempo pero el liderazgo del eurodiputado Jean Luc Mélenchon venía haciendo crecer  la más fresca opción de izquierda francesa, hoy representada en La Francia Insumisa. Al Partido Socialista ni me paré, ya estaban desde entonces entregados a la derecha.  

Quien más interés mostró fue Mélenchon, quien inmediatamente me solicitó una reunión con AMLO, fue muy insistente. Conociendo la dificultad de agendarle a AMLO encuentros privados (siempre me ha dicho, la reunión es en la plaza, con el Pueblo), le dije a Mélenchon que mejor fuera a la conferencia que se parara exactamente junto a mi y al arribo de AMLO se lo presentaría, además teníamos la presencia del ex embajador francés que seguramente sería reconocido por AMLO. Mélenchon fue generoso y nos patrocinó la traducción del evento al francés con auriculares para toda la asistencia y el se encargaría de los traductores, además me prometió invitar a  sus compañeros de partido a la conferencia que llevaba por nombre La Lucha por el Renacimiento de México.  

A unos cuantos días de la conferencia sentía que no habíamos logrado comunicar suficiente sobre la misma, sentía que pudiera lucir desangelada, con poca asistencia. En esos días me enteré de una ponencia universitaria sobre el paso de los migrantes centroamericanos por el tren “La Bestia” y su calvario para llegar a Estados Unidos, todavía estaba reciente la tragedia de San Fernando en Tamaulipas, cuando más de 72 personas migrantes fueron asesinadas. Seguramente en dicha ponencia la audiencia tendría conocimiento sobre quién era López Obrador, y pudieran verse interesados en escucharlo, los invité uno a uno.  

En París hay mucha actividad comunitaria, conferencias, diálogos, mesas de debate sobre temas de índole social; fui muy afortunado porque encontré otras dos relacionadas con México, una sobre la Guerra Sucia de los 70’s y una más relacionada con la tragedia en la guardería ABC, ese era nuestra audiencia cautiva, público francés evidentemente con conocimientos de nuestro país, al igual que en la conferencia sobre migración. Invité uno por uno a la audiencia de estas dos conferencias.  
El 16 de octubre de 2015, 19:00 hrs., el auditorio de La Casa de América Latina lucía totalmente abarrotado, algunos no alcanzaron a entrar para ver a López Obrador, la inmensa mayoría era público francés.  Al arribo de AMLO al lugar, tal como lo habíamos acordado Jean-Luc, se paró a mi lado derecho, nos acompañaba el director del recinto. El licenciado López Obrador buscó un rostro conocido, inmediatamente lo encontró en el director a quien saludó con mucha alegría, el turno era para Jean Luc, quien aprovechó para la “selfie” y subirla a Twitter. Le comenté a AMLO que Jean Luc quería sostener una reunión privada con él, me dijo “lo vemos más tarde, Beatriz mi esposa tuvo un accidente y tiene su rodilla muy lastimada, necesito cuidarla”.

En la reunión moderada por el académico francés Chris Ventura, Jean Luc se colocó en primera fila atento al interesantísimo mensaje de AMLO.  
Al final del evento Andrés Manuel muy contento me dice: “mejor hay que proponerle a Mélenchon que nos vayamos a cenar y que nos acompañen los muchachos del comité”. En la cena fui testigo de la conversación sobre política en general y en particular sobre temas internacionales más interesantes de mi vida.  AMLO, que en ese tiempo era muy parco para hablar sobre temas internacionales públicamente (siempre ha dicho que “la mejor política externa es la política interna”), dialogó como un gran estadista con Jean Luc, éste a su vez, en un perfecto español demostró tener un gran conocimiento sobre nuestro país, además de los movimientos sociales en toda Latinoamérica. Ambos son muy parecidos, hicieron click desde ese momento.  El tiempo le hizo justicia a AMLO, tres años después conquistó de manera indiscutible la Presidencia de México y ha sido el líder de grandes transformaciones, tal como se lo propuso.  Por su parte Mélenchon que para ese entonces ya había sido candidato presidencial, volvió a serlo en 2017 y 2022, su movimiento va en ascenso, de tal forma que este año en alianza con otras fuerzas de izquierda lograron derrotar a la derecha en las elecciones legislativas poniendo contra la pared al presidente Macron quien para estos días debería ya haber nombrado un nuevo Primer Ministro, el cual por justicia debería recaer en Jean Luc o en alguien cercano de su movimiento.  AMLO y Mélenchon dos gigantes de la política.

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